En el mundo del diseño de interiores, encontrar el equilibrio perfecto entre estilo y elegancia puede ser un desafío. Pero, ¿qué pasa si os dijéramos que existe una fórmula mágica? Y no, no estamos hablando de pociones ni conjuros, sino de la combinación infalible de paredes greige y texturas envolventes.
Paredes greige: el nuevo neutro que lo tiene todo
Si el blanco o el beige os parecen aburridos y el gris demasiado frío, el greige es vuestra mejor opción. Este tono neutro, a medio camino entre el gris y el beige (del que ya os hemos hablado en otras ocasiones porque nos encanta), aporta calidez y sofisticación a cualquier espacio. Además, es súper versátil y combina con casi cualquier estilo y paleta de colores. ¿No os parece genial?
Texturas que enamoran
Pero el greige no es suficiente para crear un ambiente de ensueño. Para elevar el nivel de la decoración, se necesitan texturas. ¡Y muchas! Desde la suavidad de un sofá textil, hasta el tacto rústico de una alfombra de yute, las texturas añaden profundidad, interés visual y una sensación acogedora a cualquier habitación.
La magia de la combinación
Mirad este salón con paredes greige como lienzo de fondo, donde un sofá de lino color crema invita a relajarse. Una alfombra de lanilla para un extra de calidez, cojines de fibras naturales para un toque de sofisticación y una mantita para esas tardes de invierno. ¿No suena de maravilla?
Completan la deco de este salón nórdico, los muebles de madera oscura, unas cortinas ligeras con tono a juego y un sillón tapizado en bouclé, que todavía aportan más calidez. Para rematar una planta en el alfeizar en maceta de terracota, la elección perfecta en un ambiente de colores arena y tierra. ¿Os gustan estas combinaciones? ¡feliz jueves!































Fotos propiedad Stadshem
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