Los armarios dobles en la cocina son una solución recurrente en cocinas pequeñas, siempre que la altura al techo lo permita.
Eligiendo mobiliario del mismo color de la pared, el efecto visual no será especialmente cargado, ya que se fundirán un elemento y otro.
Los armarios de la cocina no son el mejor sitio para guardar ropa, si es para lo que nos hace falta espacio extra de almacenaje, pero si, pequeños electrodomésticos, vajilla, cristalería, jarrones, portavelas y otros accesorios del hogar que de no haber sitio para una vitrina o aparador en el salón tendrían aquí un buen lugar para ser guardados.
En este piso de 62 m² podéis ver como han aplicado esta solución a la pequeña cocina, liberando así el salón de más muebles y conseguir así más amplitud. ¡Feliz miércoles!
Vía: Alvhem
5 Comments
Lola Cortés
07/01/2015 at 10:18Los armarios dobles me parecen una idea estupenda, ganamos en almacenaje y eliminamos huecos por donde siempre se cuela la grasa. Odio esa capita de grasa que se crea encima de los armarios.
Un saludo
Lola Cortés (www.lolacortes.com)
Lu
07/01/2015 at 11:01Qué cuco…, muero por esas ventanas, la cocina muy acogedora y el sofá debajo de la ventana me tienta a mover otra vez los muebles de sitio ;)
Això
07/01/2015 at 11:50Los armarios hasta el techo funcionan muy bien con muebles como estos, lisos. Y es un espacio enorme que muchas veces desaprovechamos.
Me quedo con los suelos!!
DECORATECA
07/01/2015 at 12:10Muy buena solución los armarios hasta el techo en la cocina, además de resultar más limpio. El piso está precioso, si bien quitaríamos la silla del recibidor y le daríamos un «lavado de cara» al baño, que suelen ser los grandes olvidados. Un abrazo!!!
Marina
07/01/2015 at 17:22Es un piso precioso.
Cada vez que veo pisos de aquí con cocinas pequeñas – como la mía – me pregunto porque no se les ocurren soluciones como ésta.
En mi cocina se doblaría el espacio si los armarios llegaran hasta arriba, o el armario de la habitación fuera también más alto, porque hay un montón de espacio sobrante. Creo que aquí, en este país, se construyen – al menos hasta hoy – paredes, y no hogares. Por eso de construir, y ya está… qué le vamos a hacer.