A tan solo media hora en tren del centro de la capital sueca se encuentra esta encantadora villa repleta de detalles rústicos románticos, que nos inspiran unas vacaciones idílicas en el campo.
El papel pintado estampado, los detalles arquitectónicos de madera, las chimeneas de azulejos y hierro fundido tradicionales suecas, la terraza acristalada, la cocina de leña, los invernaderos, el huerto con parterres, los manzanos dando sombra a rincones ideales en el jardín donde tomar un refresco y postre… estos son solo unos poquitos detalles del interior y el exterior que hacen que esta villa construida en 1910 sea única y tenga tanta personalidad.
¿Qué es lo que más os gusta, viviríais aquí o vendríais solo de vacaciones? os leemos, ¡feliz miércoles!
Vía: Historiska hem
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