Algo que los nórdicos hacen extraordinariamente bien en decoración es la iluminación de ambiente para cuando cae la noche.
Sus largas y oscuras noches de invierno han hecho que a lo largo de la historia este tipo de iluminación se haya valorado y desarrollado para crear ambientes agradables y acogedores, a falta de luz natural y de un clima templado que permita estar a gusto en el exterior.
Es algo que en el hogar medio español todavía es una asignatura, sino pendiente, suspensa del todo. Es horripilante ver salones que la mayoría de las veces también son comedor con un punto de luz, cenital casi siempre, como unica forma de iluminación en la habitación.
No solo es insuficiente tener solo una lámpara colgante casi pegada al techo, sino que crea muchas sombras, no ilumina las zonas donde es necesario (encima de la mesa de comedor, para realizar actividades como leer, etc.) y además no es nada, pero nada acogedora.
Fijaos esta cocina abierta al salón comedor ¿cuántos puntos de luz hay? pues un montón, entre lamparas, velas, lamparitas, focos dentro de los muebles y electrodomésticos… todos y cada uno de ellos cuentan y crean esa delicada y cálida atmosfera, pudiendo encender y apagar según nos convengan o lo que estemos haciendo.
No es la primera vez que tratamos este tema, pero es que cada vez que nos topamos con una vivienda nórdica donde se pone el foco en ello, queremos recordarlo para ayudar a los recién llegados o no convencidos de las ventajas de este tipo de iluminación. ¡Feliz jueves!
Vía: SkandiaMäklarna
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